Los efectos del cambio climático ya se dejan sentir en el turismo y la hotelería, lo que está llevando a los hoteles a replantearse su impacto ambiental. De hecho, un reciente barómetro europeo reveló que el 45% de los hoteleros en España cree que el cambio climático tendrá un impacto alto o muy alto en su negocio en los próximos años. Esta preocupación viene acompañada de marcos regulatorios más estrictos: la Unión Europea busca la neutralidad climática para 2050, y el Acuerdo de París exige grandes reducciones de emisiones en todos los sectores económicos, incluyendo el hotelero. Según la Sustainable Hospitality Alliance, el sector hotelero global debería reducir sus emisiones de carbono un 66% para 2030 y un 90% para 2050 para alinearse con dichos objetivos.
Alcanzar estas metas es un desafío enorme, pero también una oportunidad para innovar. En este contexto, la transformación digital y las tecnologías IoT (Internet de las Cosas) emergen como aliados clave para impulsar la eficiencia energética, reducir la huella de carbono de los hoteles y, a la vez, mejorar la experiencia de los huéspedes.
La huella de carbono del sector hotelero: situación actual
El sector turístico es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales de carbono, y los hoteles representan en torno al 3% de ese total. Esto incluye las emisiones directas e indirectas derivadas de la operación de los establecimientos. Gran parte de la huella de carbono hotelera proviene del consumo de energía: climatización, iluminación, agua caliente sanitaria, lavandería, restauración, etc. De hecho, se estima que alrededor del 70% de las emisiones de carbono generadas durante una estancia en un hotel están asociadas al uso de energía. En otras palabras, la mayoría del impacto ambiental de una noche de hotel se debe a la electricidad y combustibles necesarios para mantener el confort y servicios que disfrutan los huéspedes.
Los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) son particularmente intensivos en energía, lo mismo que los calentadores de agua para duchas, piscinas y spa. Asimismo, la electricidad consumida por la iluminación, los electrodomésticos y otros equipos contribuye significativamente a las emisiones, especialmente en edificios con infraestructuras poco eficientes. Según datos del Observatorio de Acción Climática en la Hostelería, en los establecimientos de hostelería en España el consumo eléctrico es la fuente del 62,6% de las emisiones, seguido del gas natural (19,1%) y del propano (7,8%). Esto subraya que la electricidad – que en hoteles proviene mayoritariamente de la red, aún con presencia limitada de renovables – es el foco principal donde actuar para recortar emisiones.
Afortunadamente, el sector hotelero ha comenzado a desacoplar su crecimiento económico de las emisiones. En España, entre 2010 y 2019 el aporte del turismo al PIB creció ~2,3% anual, mientras que las emisiones de gases de efecto invernadero del sector aumentaron sólo ~0,9% anual. Esto se reflejó en una reducción de la intensidad de carbono: en 2010 se emitían 0,44 kg de CO2 por cada euro que aportaba el turismo, y en 2019 esa cifra bajó a 0,39 kg/€, llegando incluso a 0,33 kg/€ en 2021. Si bien influyen factores extraordinarios (como la menor actividad durante la pandemia), la tendencia indica mejoras en eficiencia energética y adopción de prácticas sostenibles. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 establece como meta reducir las emisiones del sector turístico español en un 23% para 2030, lo que refuerza la presión para que los hoteles aceleren la adopción de medidas de descarbonización.
En términos absolutos, el impacto de un solo hotel puede ser significativo. Un hotel de tamaño medio en España puede emitir alrededor de 130 toneladas de CO2 al año, dependiendo de su tamaño, categoría y medidas de eficiencia que tenga implementadas. Cada aspecto de la operativa cuenta: desde las bombillas que iluminan las habitaciones hasta la caldera que calienta el agua de la lavandería. Por ejemplo, sustituir una bombilla halógena convencional por una LED de bajo consumo reduce hasta un 80% el consumo eléctrico de esa bombilla, evitando unos 14,8 kg de CO2 al año y ahorrando alrededor de 28,5 euros anuales en la factura eléctrica por cada punto de luz reemplazado. Si multiplicamos este tipo de medida por cientos o miles de puntos de consumo en un hotel, queda claro el potencial de ahorro energético y reducción de emisiones a lograr con tecnología más eficiente.
IoT y eficiencia energética: una oportunidad para los hoteles
Dado que la energía es el núcleo de la huella de carbono hotelera, adoptar sistemas inteligentes de gestión energética se convierte en la estrategia más efectiva para reducir emisiones. Aquí es donde entra en juego el Internet de las Cosas (IoT), que permite conectar y controlar de forma centralizada diversos dispositivos y sensores dentro del hotel. La premisa del IoT en hoteles es simple: medir, automatizar y optimizar el consumo de recursos en tiempo real, sin sacrificar la comodidad del huésped. Veamos cómo las soluciones IoT ayudan a recortar la huella de carbono en distintos frentes:
- Monitorización y gestión centralizada (BMS): Muchos hoteles están incorporando Sistemas de Gestión de Edificios o Building Management Systems (BMS) inteligentes, que recopilan datos de sensores distribuidos (temperatura, movimiento, luminosidad, consumo eléctrico, etc.) y controlan de forma automática equipos como climatización, iluminación o bombas. Un BMS avanzado con algoritmos de optimización puede ajustar continuamente los sistemas para minimizar el gasto. Por ejemplo, integrar un BMS con sensores de ocupación puede reducir hasta un 25% el consumo en calefacción y refrigeración por habitación sin intervención manual. Esto se logra porque el sistema detecta cuando una habitación o sala queda vacía y ajusta los termostatos y luces en consecuencia: eleva o reduce la temperatura dentro de rangos tolerables, apaga la iluminación innecesaria y desconecta equipos en modo de espera. Cuando el huésped regresa, todo vuelve automáticamente a su configuración de confort. Este tipo de automatización garantiza que no se malgaste energía climatizando o iluminando espacios sin uso.
- Climatización inteligente: La climatización (calefacción y aire acondicionado) suele representar la mayor porción del consumo energético de un hotel. Con IoT, es posible instalar termostatos inteligentes y sensores ambientales en cada habitación y zona común. Estos dispositivos, conectados al sistema central, permiten un control granular y adaptable. Además de detectar presencia, pueden medir temperatura y humedad para ajustar la climatización de forma óptima. Algunas prácticas incluyen apagar o moderar el aire acondicionado automáticamente si la ventana se abre o si la habitación lleva un tiempo desocupada, y reactivarlo antes de que el cliente regrese para no afectar su comodidad. Regulaciones internacionales e iniciativas de buenas prácticas recomiendan precisamente esto: por ejemplo, la norma ASHRAE 90.1 sugiere que en habitaciones desocupadas se permita subir la temperatura de consigna del aire acondicionado unos 2°C (o bajarla en invierno) pasado un breve intervalo, y aún más cuando la habitación no está alquilada, para evitar enfriar o calentar en exceso espacios vacíos. Estas lógicas de control, implementadas con IoT, reducen drásticamente los ciclos de funcionamiento de los equipos HVAC, prolongando además su vida útil.
- Iluminación eficiente y conectada: El cambio masivo a iluminación LED ya supone un gran avance en eficiencia energética hotelera, pero si además se combina con sistemas IoT el ahorro es mayor. Los sensores de movimiento y controles horarios inteligentes garantizan que las luces solo estén encendidas cuando se necesitan. Áreas comunes poco transitadas pueden mantenerse con iluminación tenue hasta que un sensor detecte presencia y active el nivel adecuado. En habitaciones, la integración con la domótica permite que al salir el huésped (retirar la tarjeta-llave o mediante detección de ausencia) todas las luces se apaguen. Un caso de éxito emblemático es el del Hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid, que tras una renovación tecnológica implementó smart lighting con más de 34.000 luminarias LED conectadas y gestionadas centralizadamente. El resultado fue un 80% de ahorro en consumo energético de iluminación en comparación con su sistema anterior. (Leer artículo en Redes&Telecom) Este tipo de proyectos muestra cómo la iluminación inteligente no solo reduce la huella de carbono, sino que también puede mejorar la estética y la experiencia del huésped (escenas de luz personalizables, ambientes adaptativos, etc.) sin desperdiciar energía.
- Gestión del agua con sensores: El consumo de agua también influye en la huella ambiental (por el agua caliente y las bombas eléctricas utilizadas). Mediante IoT, los hoteles pueden instalar contadores de agua inteligentes y sensores en tuberías para monitorear en tiempo real cuánta agua se usa en cada área: habitaciones, lavandería, cocinas, piscinas, jardines, etc. Los expertos señalan que para ahorrar en el consumo de agua, lo primero es medir y monitorizar. Es decir, solo conociendo dónde, cuándo y cómo se gasta el agua se pueden implementar después las mejores soluciones (desde reductores de caudal en grifos y duchas, hasta reutilización de aguas grises o ajustes en hábitos de limpieza) y verificar su impacto real. La tecnología IoT facilita enormemente este control hídrico, contribuyendo a reducir consumos de agua y también la energía asociada (menos agua caliente consumida implica menos gas o electricidad para calentarla).
- Mantenimiento predictivo y eficiencia de equipos: Otro aporte importante del IoT es anticipar problemas y optimizar el rendimiento de las maquinarias del hotel. Sensores en calderas, climatizadores, ascensores o cámaras frigoríficas pueden vigilar su funcionamiento (temperaturas, vibraciones, consumo anómalo) y alertar de desviaciones. Un mantenimiento predictivo basado en datos evita averías sorpresivas y asegura que los equipos operen de forma eficiente. Por ejemplo, un compresor de aire acondicionado sucio o averiado puede consumir mucho más hasta que se repara; con IoT se podría detectar una caída de rendimiento y actuar antes. Mantener instalaciones como calderas ajustadas y limpias, filtros HVAC renovados, motores bien calibrados, etc., reduce el desperdicio de energía. En el caso de la cadena Silken Hoteles, un análisis integral de sus consumos identificó más de 100 medidas de eficiencia; optimizar calderas, refrigeración y sistemas HVAC representaba el 79% del potencial total de ahorro energético detectado. (Leer artículo en el Blog de Schneider Electric). Aplicando mejoras tecnológicas en estas áreas (muchas ligadas a automatización e IoT), se estimó que podrían reducir sus emisiones de CO2 entre un 17% y un 23% en conjunto. Este ejemplo ilustra cómo la digitalización y mejora de los sistemas técnicos existentes tiene un impacto tangible en la huella de carbono.
- Experiencia del huésped sostenible: Cabe destacar que muchas de estas innovaciones IoT se pueden implementar manteniendo o incluso mejorando la experiencia del cliente. Un hotel sostenible no tiene por qué ser menos lujoso o cómodo; al contrario, la tecnología bien usada puede brindar más confort de forma eficiente. Por ejemplo, algunos hoteles ofrecen al huésped control domótico de la habitación desde su smartphone o mediante asistentes de voz, permitiéndole regular luces, temperatura o persianas a su gusto, al tiempo que el sistema “por detrás” optimiza consumos. También se pueden mostrar indicadores ecológicos (p. ej., cuánta energía o agua lleva gastada su habitación) para fomentar la concienciación sin ser invasivo. Todas estas iniciativas contribuyen a una imagen positiva del hotel, satisfaciendo a los viajeros cada vez más conscientes del medio ambiente, a la vez que ayudan a alcanzar las metas de sostenibilidad.

Hacia un hotel inteligente y bajo en carbono
Reducir la huella de carbono en los hoteles españoles no es solo una responsabilidad ambiental y normativa, sino que conlleva beneficios operativos y de negocio. Cada kilovatio hora ahorrado en climatización o iluminación gracias a sensores inteligentes se traduce en costes menores de electricidad (con ahorros típicos del 20-25% del consumo energético cuando se implantan soluciones IoT integrales y en instalaciones menos sobrecargadas. Asimismo, los viajeros internacionales y nacionales valoran cada vez más la sostenibilidad: un hotel eficiente y comprometido tiene una ventaja competitiva de cara a este segmento de mercado creciente.
Adoptar tecnologías IoT es, por tanto, una inversión estratégica para el sector hotelero. No obstante, requiere una planificación cuidadosa: evaluar las necesidades de cada activo, escoger dispositivos compatibles, garantizar la ciberseguridad de los sistemas y formar al personal en su uso.
Aquí es clave contar con socios tecnológicos especializados. En BNT Business Telecom, estamos trabajando en proyectos de IoT aplicados al sector hotelero para acompañar a los hoteles en esta transición. Nuestro objetivo es ayudar a los establecimientos a convertirse en hoteles inteligentes que minimicen su impacto ambiental.
En resumen, la reducción de la huella de carbono en los hoteles pasa por medir mejor (con datos en tiempo real), consumir menos (gracias a la automatización inteligente) y consumir más verde (integrando energías renovables y eficiencia). Los hoteles pueden ser protagonistas en la lucha contra el cambio climático sin renunciar a la rentabilidad ni a la excelencia en el servicio. Y el IoT, junto con la innovación en energías limpias, es el motor que permitirá a la industria hotelera avanzar hacia un futuro más sostenible y competitivo. ¡El hotel del futuro será eficiente, conectado y bajo en carbono!